
Muchos son los fabricantes de portátil que venden sus equipos con una copia de respaldo del sistema operativo para recuperar en caso de que el equipo no funcione como el primer día. Esta copia de respaldo permite recuperar el equipo a su estado de fábrica sin tener que instalar Windows de cero y no se encuentra en la unidad principal, sino en una partición independiente.
Al comprar un portátil o un PC de escritorio con discos SSD ya instalados, a menudo damos por sentado que todo está listo para que lo usemos según los saquemos de la caja y que el almacenamiento nos va a servir en una única unidad. Sin embargo, muchos fabricantes optan por añadir a sus modelos de discos sólidos particiones oculta, pero accesibles, que cumplen con funciones especialmente útiles, como son las de restaurar el sistema operativo a su estado original en caso de error. Esto plantea, como es lógico, una duda muy recurrente entre los usuarios: ¿afecta todo ese particionado a la velocidad o durabilidad del SSD que hemos comprado con el PC? ¿Es recomendable dividir en varias particiones una unidad de estado sólido como hacíamos con los antiguos discos duros mecánicos?
Cuando hablamos de particiones, hablamos de partes de un disco duro de menor tamaño que en su conjunto ocupan el espacio total de la unidad de almacenamiento. Para el equipo, se trata de unidades independientes, por lo que cada una puede tener su propio sistema de archivos lo que permite instalar diferentes sistemas operativos. Es importante señalar que estamos hablando de un único disco duro o SSD, por lo que, si este se estropea o tiene problemas de funcionamiento, estos problemas pueden afectar a ambas unidades.
Este artículo, por todo lo anterior, pretende aclarar todas estas dudas de una forma sencilla. Por eso vamos a explorar y conocer qué es exactamente una partición, cómo funciona en una unidad SSD y qué implicaciones reales tiene su uso –dividido en varias unidades– en cuanto a rendimiento se refiere. Además, te vamos a explicar lo más importante: si merece la pena aplicar esta técnica dentro de distintos escenarios, como es el caso de un PC de sobremesa o un portátil.
Particionar un SSD ¿afecta a su rendimiento?
Todo esto está muy bien, pero ¿qué pasa con el rendimiento? Esta es la pregunta que se hacen muchos usuarios y que en HardZone vamos a responder. Las unidades de estado sólido, a diferencia de los discos duros, almacenan la información los datos en chips de memoria, por lo que el acceso a la información es inmediato.
Los discos duros mecánicos, utilizan un disco para almacenar los datos, datos leídos por un cabezal que se tiene que desplazar para acceder a ellos. Si particionamos un disco duro tradicional, cada vez que tengamos que acceder a cualquiera de las unidades, el equipo tardará mucho más tiempo, ya que tiene que desplazar el cabezal entre ambas particiones.

Como los SSD almacenan los datos de forma digital, toda la información está al mismo alcance, no hay un cabezal que tenga que desplazarse para acceder a los datos, por lo que su rendimiento, tanto a la hora de leer como de escribir datos, no se ve afectada si creamos particiones. Esto también afecta a otros aspectos que podemos encontrar en el sistema operativo que están diseñados para optimizar las capacidades que tiene una unidad de almacenamiento tradicional como son los HDD.
Uno de los mejores ejemplos que encontramos en este caso es la desfragmentación del disco, en un disco duro tradicional los sectores podían crear espacios que dejaban inutilizables en varias ocasiones la capacidad del mismo, esto se le conoce como fragmentación y hace referencia a cómo asigna el sistema operativo la capacidad para cada programa. Esta función en los SSD es completamente inútil ya que al no tener sectores físicos es capaz de asignar los datos según lo vea necesario, de forma que no ofrece ningún tipo de ventaja (ni desventaja) al utilizar el PC, tal y como sucede con el particionado de la unidad.
Qué herramientas se puede utilizar para particionar un SSD de forma segura
Una vez tenemos claro que crear particiones adicionales en un SSD no afecta en ningún momento a su rendimiento, si estás dándole vueltas a la posibilidad de hacerlas, debemos tener en cuenta, en primer, hacer una copia de seguridad de todos los datos que tenemos almacenados en su interior por si, el proceso falla no perder todos los datos sin posibilidad de recuperación.
También es recomendable analizar el estado del SSD utilizando la aplicación CystalDiskInfo (disponible desde aquí) y asegurarnos de que el TRIM está activado en el equipo para ayudar al SSD a gestionar recopilar la basura manteniendo la velocidad. Una vez hemos realizado estos procesos, a continuación, os mostramos las mejores aplicaciones para crear particiones en un SSD.
- Administrador de discos de Windows. Se trata de la opción nativa de Windows, herramienta más que suficiente para llevar a cabo tantas particiones como queramos en un SSD.
- DiskPart. Otra herramienta nativa de Windows que funciona a través de la línea de comandos, por lo que es una opción recomendada solo para usuarios avanzados.
- MiniTool Partition Wizard. La versión gratuita de esta herramienta es más que suficiente para crear particiones de forma segura incluyendo la posibilidad de convertir entre MBR y GPT sin perder datos.
¿Merece la pena?
El precio de los SSD en los últimos años ha bajado considerablemente y encontrar un modelo con 512 GB o 1 TB de espacio de almacenamiento por unos 50 o 60 euros, es muy sencillo. Con estos precios, realmente no merece la pena particionar un SSD, siempre y cuando estemos hablando de un equipo de sobremesa donde podemos añadir varias unidades de almacenamiento.
Pero, si hablamos de un portátil la cosa cambia, a no ser que si permita añadir una segunda unidad de almacenamiento. Lamentablemente, no todos los portátiles permiten añadir una segunda unidad de almacenamiento por lo que, en estos casos, si merece la pena crear una partición, aunque no tengamos la intención de instalar una distribución de Linux.
Podemos particionar el disco para utilizar la segunda unidad para almacenar todos y cada uno de los archivos con los que trabajemos habitualmente. De esta forma, podemos utilizar una aplicación para hacer copias de seguridad de toda la unidad, sin tener que establecer directorios y que se nos pase alguno.
Además, si Windows tiene algún problema y nos vemos obligados a formatear e instalarlo de cero, no es necesario hacer una copia de seguridad de todos los datos, ya que únicamente vamos a formatear la partición de Windows, no todo el disco duro. Es importante recordar que formatear un disco significa eliminar todo el contenido almacenado, un proceso que no afecta al número de particiones que tenga creadas, siendo estos los únicos motivos reales por los que merece la pena hacerlo, pero no afecta en nada al rendimiento.