Adiós a la memoria RAM y al SSD: esta tecnología lo cambia todo y ya es real
Durante décadas, la informática ha vivivo «atrapada» en una dualidad: la memoria RAM es rápida pero volátil, y la memoria NAND es persistente, pero con fecha de caducidad y bastante más lenta que la RAM. Ahora, un nuevo avance científico e industrial promete derribar esta barrera: se trata de la UltraRAM, una tecnología que combina la velocidad de la RAM y que, según sus creadores, ofrece hasta 4.000 veces la durabilidad de la memoria NAND. El desarrollo llega de la mano de QuInAs Technology e IQE plc, dos compañías que han trabajado codo con codo durante años para hacer realidad la UltraRAM, trasladándola desde el concepto y las pruebas de laboratorio hasta su producción industrial, que va a comenzar dentro de poco. Un futuro donde velocidad y durabilidad se fusionan Según explica el white paper publicado por QuInAs en Wiley Advanced, la clave está en el uso de semiconductores como el antimonio de galio (GaSb) y antimonio de aluminio (AlSb) junto con una compleja estructura de resonancia cuántica que permite que cada celda funcione como un interruptor casi perfecto, con unos resultados que sobre el papel son increíbles: velocidades comparables a las de la memoria RAM actual, 4.000 veces la durabilidad de la memoria NAND y una retención de datos que podría llegar hasta 1.000 años sin degradación. Por si esto fuera poco, su consumo energético es incluso más bajo. Lo realmente llamativo de todo esto es que no hablamos de un prototipo probado en laboratorio, sino de un avance certificado para escalar hacia su producción en masa. Como señaló el CEO de IQE, Jutta Meier, se ha conseguido «un proceso epitaxial escalable para UltraRAM, un hito hacia la producción industrial de chips». Su socio, James Ashforth-Pook de QuInAs, fue más contundente diciendo que «este es el punto de inflexión que marca la transición desde la investigación universitaria hasta productos reales de memoria». Las implicaciones de este avance son muy profundas, ya que en teoría la UltraRAM podría llegar a sustituir tanto a la DRAM usada en memorias RAM como a la NAND usada en SSDs, eliminando la necesidad de tener dos tipos de memoria en el sistema. Esto supondría hitos como arranque instantáneo en ordenadores y móviles, servidores que consumen mucha menos energía y dispositivos que conservan los datos incluso pasados varios siglos. Para los usuarios de a pie como nosotros, esto supondría mucha más rapidez en cualquier dispositivo y menos tiempos de espera, y para la industria, una reducción significativa de costes y consumo energético. Característica UltraRAM (Datos de estudio) DRAM (Estándar) NAND Flash (TLC/QLC) Tipo No Volátil Volátil No Volátil Velocidad (Latencia) ~15 ns 10-15 ns 50-100 µs (microsegundos) Durabilidad (Ciclos) 10^9 (mil millones) Prácticamente ilimitada ~3.000 – 10.000 Retención de Datos +1.000 años Milisegundos (requiere refresco) ~10 años Consumo Energético 100x menor que DRAM Alto (por refresco constante) Bajo en reposo, alto en escritura Sin embargo, tampoco podemos cantar victoria todavía: la transición hacia una tecnología de este calibre no depende solo de la ciencia y de que ya exista per se, sino también de factores como los costes de fabricación, la compatibilidad con arquitecturas existentes, los estándares de la industria y, por supuesto, la mayor barrera: la voluntad de los grandes fabricantes de adoptar la tecnología. Desde luego, la UltraRAM podría ser tan revolucionaria como lo fue la NAND Flash en su día, pero todavía queda un largo camino para poder comprobar si cumple con las expectativas fuera del laboratorio. Lo que sí está claro es que, por primera vez desde hace lustros, estamos ante una alternativa real que amenaza con rediseñar desde cero el ecosistema de la memoria.
¿Tu PC va lento? Tu SSD podría ser el culpable y así puedes comprobarlo

Cuando te compras un nuevo PC o cuando estrenas un nuevo SSD, el equipo siempre va volando. Sin embargo, con el tiempo puedes empezar a notar que su rendimiento o desempeño ya no es el que era o incluso que te da problemas, y llegado ese momento deberías preguntarte si va todo bien. En este artículo te contamos cómo comprobar que el SSD está en buenas condiciones, y cuáles son los síntomas a los que deberías de estar atento. Muchos de los fabricantes de SSD cuentan con sus propias herramientas de monitorización y diagnóstico; por ejemplo, Samsung Magician de Samsung, Storage Executive de Crucial, SanDisk Dashboard de SanDisk o Kingston SSD Manager de Kingston. Sin embargo, hay una herramienta que bajo nuestro punto de vista es mucho mejor porque ni siquiera requiere que la instales, es muy ligera y además gratuita: CrystalDisk Info. Como saber si tu SSD está dando problemas con CrystalDisk Info CrystalDisk Info es una herramienta gratuita que puedes descargar de su página web y, de hecho, si descargas la versión «Portable» no necesitarás ni siquiera instalarla. Consideramos que es de las mejores porque es universal, detectará los parámetros de tu SSD sea de la marca que sea y, de hecho, por experiencia propia podemos decirles que saca toda la información incluso de dispositivos chinos de dudosa procedencia y hasta de pen drives. Ya de entrada, en la página principal muestra dos parámetros muy visuales y que te ayudarán a saber de un vistazo si el SSD está en buenas condiciones: Otro dato que puedes ver casi a simple vista es el de «Nº de escrituras al host». Como seguramente ya sepas, los SSD tienen un número de escrituras limitado y cuanto mayor sea este número, menos esperanza de vida le queda. En nuestra captura dice que hemos escrito aproximadamente 7,4 TB en el SSD, y habría que ir a la web del fabricante para encontrar el dato que nos haría falta para hacernos una idea: los TBW. En nuestro caso, la unidad tiene 1.400 TBW de esperanza de vida, así que todavía nos queda muchísima vida por delante. Síntomas que requieren tu intervención inmediata Monitorizar y reconocer los síntomas que hacen que un SSD pueda dar problemas es algo crucial para evitar catástrofes que conlleven pérdida de datos, y por este motivo nosotros te recomendaríamos echarle un vistazo al estado del SSD con CrystalDisk Info o similar al menos una vez al mes. Dicho esto, a continuación hemos elaborado una tabla con los síntomas, lo que significan y lo que deberías hacer en cada caso. Síntoma Qué buscar Qué significa Sectores reasignados Cualquier valor superior a cero Indica celdas de memoria desgastadas y fallo inminente Degradación del rendimiento Arranque más lento, bloqueos, transferencias de archivos lentas Señala errores subyacentes del SSD o bloques defectuosos Corrupción de datos Errores de «El sistema de archivos necesita reparación» o archivos que faltan Apunta a sectores defectuosos en desarrollo Temperaturas críticas Picos por encima de 70 °C o temperaturas en reposo superiores a 50 °C Provoca limitación térmica y acelera el desgaste Porcentaje de salud inferior al 50% – Indica aproximadamente la mitad de la resistencia consumida. El SSD está a mitad de su vida útil. Uno de los mayores indicadores de que un SSD está empezando a dar problemas es el de sectores reasignados, ya que al contrario de lo que sucede con los discos duros mecánicos tradicionales, cuando esto empieza a suceder en un SSD su declive es casi exponencial, y significa que de un momento a otro fallará definitivamente. Para verlo, simplemente haz clic sobre ese rectángulo azul que muestra el estado de salud. Si como en la captura que hemos colocado arriba no sale nada es que todo está correcto y no hay de qué preocuparse, pero en cuanto empiezan a aparecer ahí cifras… entonces sí deberías preocuparte y, honestamente, nuestra recomendación es que vayas haciendo copia de seguridad de tus datos y comprando un nuevo SSD. El contador de «Sectores Reasignados» es el indicador más crítico de la salud física de un SSD. Para entender su gravedad, debemos saber cómo funciona: Por tanto, no es solo un aviso; es la crónica de una muerte anunciada para la unidad.
La influencia del firmware en el rendimiento de SSDs

Si queremos que nuestro ordenador funcione como el primer día, no solo debemos preocuparnos de instalar todas las actualizaciones del sistema operativo y limpiar su interior periódicamente. Además, también debemos comprobar, periódicamente, si alguno de los componentes de nuestro PC tiene una nueva actualización del firmware. Cuando hablamos del firmware de un dispositivo, hablamos del software que gestionar su funcionamiento y compatibilidad. Las placas base, deben actualizar el firmware cuando se lanzan nuevos procesadores compatibles con el zócalo que utilicen, ya que, de lo contrario, nunca podrán hacerlo funcionar. En las tarjetas gráficas, una actualización del firmware permite solucionar problemas de compatibilidad o funcionamiento que se han detectado a posteriori. Las actualizaciones de firmware de una gráfica no tienen nada que ver con los drivers que debemos instalar para sacarle el máximo partido. Ventajas de actualizar el firmware de SSD En el caso de los SSD, tanto si es SATA como PCIe, muchos son los motivos por los que debemos preocuparnos de instalar las actualizaciones de firmware que lance el fabricante. La única desventaja que podemos encontrar a la hora de actualizar el firmware de un SSD es que, durante el proceso nos quedamos sin luz y la instalación se quede a la mitad, ya que este puede quedar completamente inutilizado al corromperse el firmware que lo gestiona o si no utilizamos las herramientas oficiales del fabricante. Cómo actualizar el firmware de un SSD La mejor forma de comprobar si el SSD tiene pendiente de recibir una nueva actualización es utilizando la herramienta oficial del fabricante, herramienta que se encargará de realizar la descarga y posterior actualización de forma segura. Si vas a actualizar el firmware de tu portátil, no te olvides de tenerlo conectado a la corriente. Si se trata de un SSD de Samsung, la aplicación que necesitamos es Samsung Magician, si es de SanDisk necesitamos la herramienta SanDisk SSD Toolkit, si es Crucial la aplicación que necesitamos es Crucial Storage Excecutive mientras que si es de Corsair utilizamos la herramienta Corsair SSD Toolbox. Únicamente debemos descargar estas aplicaciones desde la página web del fabricante.
Qué es la vida útil de un SSD y cómo saber si está fallando

Una de las partes más importantes de cualquier PC, quizás la más importantes de todas, es la unidad de almacenamiento. La unidad de almacenamiento en la que se encarga de almacenar el sistema operativo y de guardar todos los archivos que creemos o copiemos. ndice Si la unidad de almacenamiento deja de funcionar, ya sea un SSD o un HDD, podemos tener un serio problema si hacemos copias de seguridad periódicas, ya que, recuperar los datos si este deja de funcionar, no siempre es posible. Debido a la importancia de la unidad de almacenamiento especialmente la de los SSD por su amplio uso en la actualidad, es importante saber cuánto duran, reconocer los síntomas que indican un posible fallo y como alargar su vida útil, no sin antes saber cómo funciona. Cómo funciona un SSD Si hablamos de un HDD, hablamos de un disco físico donde se escribe la información a través de un cabezal. Su funcionamiento es similar al de un tocadiscos para que nos hagamos una idea, aunque este solo se mueve en completando círculos hacia adentro y no en todas direcciones como el cabezal de un SSD. Las unidades SSD utilizan chips de memoria flash NAND, de ahí que ofrezcan mayores velocidades de lectura y escritura en comparación con los discos mecánicos de los HDD. Los SSD comienzan a degradarse cuando se acercan a su límite de ciclos de escritura y borrado a diferencia de las unidades HDD que permite sobrescribir datos de forma indefinida. El proceso de escritura y borrado degrada la capa de óxido que aísla las celdas y atrapa los electrones, volviéndose menos fiables a la hora de retener la carga en forma de datos. Conforme se acerca el fin de su vida útil, las celdas se vuelven inestables y presentan una serie de síntomas de los hablaremos más adelante. Cuál es la vida útil de un SSD Como hemos comentado en el apartado anterior, las unidades SSD miden su longevidad en base a un límite de ciclos de escritura y borrado de sus celdas. A nivel doméstico, que es el que nos interesa, este valor se mide en TBW, el acrónimo de Terabytes Written (Terabytes Escritos). Si hablamos de TBW hablamos de la cantidad total de terabytes que el fabricante garantiza que la unidad SSD es capaz de escribir durante su vida útil antes de que presente problemas de funcionamiento debido al desgaste de las celdas, como hemos comentado en el apartado anterior y que afecta a la integridad de los datos almacenados. Podemos traducir el valor TBW en años utilizando la siguiente fórmula: TBW x 1024 / GB escritos día x 365 Si tenemos un SSD con 600 TBW y escribimos de media 25 GB al día (un uso muy elevado y muy poco probable), el resultado de la fórmula nos muestra que el SSD tendría una vida útil de 67,3 años. Este valor es el principal indicativo de la durabilidad de un SSD y es lo primeo que debemos mirar en las especificaciones antes de decidirnos por uno u otro modelo, teniendo en cuenta que una mayor durabilidad significa menor capacidad. Afortunadamente, incluso con las unidades TLC y QLC, que ofrece una menor durabilidad, en condiciones normales de uso es prácticamente imposible superar el TBW especificado por el fabricante ya que la vida útil supera la del equipo donde se encuentra instalado. ¿De qué depende su vida útil? La vida útil de un SSD depende básicamente de dos características: tipo de memoria Flash NAND y del controlador SSD. Tipos de memoria Flash Para ofrecer una mayor durabilidad en los SSD, los fabricantes utilizan diferentes tecnologías: SLC, MLC, TLC y QLC que representan una relación de densidad de almacenamiento y resistencia. Tipo de Memoria Bits por Celda Ciclos P/E (Escritura/Borrado) Durabilidad Relativa Coste/Densidad Uso Típico SLC (Single-Level Cell) 1 50.000 – 100.000 Máxima Muy Alto Servidores, entornos industriales MLC (Multi-Level Cell) 2 3.000 – 5.000 Alta Alto Workstations, SSDs de gama alta TLC (Triple-Level Cell) 3 500 – 1.000 Estándar Moderado Consumo general, gaming QLC (Quad-Level Cell) 4 100 – 300 Baja Bajo Almacenamiento masivo, SSDs económicos Controlador SSD Si hablamos del controlador de un SSD, hablamos del cerebro del dispositivo, el último responsable de realizar las tareas de escritura, lectura y borrado, dirigiendo las instrucciones del sistema operativo en la memoria. Síntomas de que un SSD podría estar fallando Cuando las celdas de memoria Flash NAND están cerca de cumplir si ciclo de vida útil, esta presente una serie de errores que nos permiten identificar si ha llegado el momento de comprar una nueva unidad. Bajada de rendimiento Cuando comprobamos que la unidad tarda mucho más tiempo en guardar documentos o copiarlos, o si el equipo tarda más de lo normal en iniciarse, nos encontramos con el síntoma más habitual de que un SSD está fallando. Esto se debe a que el controlador debe trabajar de forma más intensa para mover constantemente desde las celdas desgastadas hacia los bloques de reserva para evitar que se pierda el contenido almacenado, provocando una drástica caída en el rendimiento, tanto de la velocidad de lectura como de escritura. Modo solo lectura Si el controlador de un SSD detecta que los bloques de reserva se han agotado o que las operaciones de escritura y borrado se han agotado, activa un modo de protección para evitar la pérdida de los datos almacenados para que el usuario pueda acceder y recuperar la información. El equipo no reconoce la unidad Este es el peor error que nos puede pasar ya que la unidad ha dejado completamente de funcionar por un error del controlador o del firmware principalmente. Si esto sucede, el equipo no será capaz de detectar la unidad a través de la BIOS y mucho menos a través del sistema operativo. Archivos dañados o inaccesibles Otro síntoma inequívoco de que el SSD está llegando a su ciclo de vida útil es cuando los archivos almacenados se encuentran dañados o están inaccesibles debido a estos datos están almacenados en celdas degradadas por el uso.
El misterio de los SSD que fallan en Windows se resuelve: Phison era el culpable

En las últimas semanas hemos vivido uno de esos culebrones en la industria del hardware que terminan alargándose cual sombra al atardecer, pero que en esta ocasión han llegado pronto a una conclusión clara y final. Resulta que, tras una actualización de Windows 11, varios modelos de SSD con controladora Phison comenzaron a fallar, desapareciendo del sistema como si no estuvieran ahí. Inicialmente se le echó la culpa a Microsoft, y de hecho Phison presentó pruebas para quitarse la culpa de encima diciendo que sus SSD estaban bien. Pero al final se ha demostrado que era más bien al contrario: el culpable de todos los problemas era Phison… o más bien los usuarios. Os lo contamos todo en seguida. El problema era el siguiente: tras una actualización de Windows 11 (build 26100.4946), algunos SSD comenzaron a fallar. El fallo estribaba en que, tras realizar copia intensiva de archivos de gran tamaño, el SSD directamente desaparecía, dejaba de ser detectado por el PC. Esto mismo fue reproducido sin cortes por el YouTuber especialista en hardware JayzTwoCents. Son muchos los SSD que utilizan controladora Phison (Corsair Force MP600, SanDisk Extreme Pro, Kioxia Exceria Plus G4, Sabrent Rocket 4 Plus, Kingston NV2 y muchos más) así que el problema parecía bastante grave ya de inicio. Como decíamos, inicialmente se le echó la culpa a Microsoft, algo normal porque el problema vino tras actualizar Windows 11, y como también hemos mencionado Phison intentó echar la pelota a otro tejado mostrando una prueba intensa de 4.500 horas con sus SSD que no dio ningún fallo. Pero claro, ni siquiera Phison fue consciente de que el problema estaba más en la raíz de su controladora, algo que como siempre han terminado descubriendo los usuarios. El problema es un firmware desactualizado en la controladora del SSD Ha sido en el grupo de Facebook dedicado al hardware llamado PCDYI donde, a base de prueba y error, dieron con el problema. La administradora del grupo, Rose Lee, afirmó que el problema fue verificado por los ingenieros de Phison, quienes confirmaron finalmente que solo las unidades que utilizaban un firmware previo al lanzamiento del dispositivo presentaban el problema. Dicho de otra manera: el fallo lo presentaban unidades que tenían un firmware antiguo y obsoleto, según palabras de los ingenieros de Phison «de pre lanzamiento». Ahora la cuestión es si hay que pedirle responsabilidades a Phison por poner en el mercado unidades de SSD con un firmware «de pre lanzamiento», que no deberían tener. Phison envió y vendió controladoras con un firmware desactualizado de entrada, y esto no puede ser. Por otro lado, esto nos recuerda una cuestión importante: cuando compras un nuevo PC o un nuevo SSD, es muy importante asegurarte de actualizar su firmware a la última versión disponible antes de comenzar a utilizarlo. Esto se puede hacer, generalmente, descargando el software que el fabricante del SSD pone a disposición desde su página web, como por ejemplo Corsair SSD Toolbox o Samsung Magician. Así pues, hemos llegado al final del culebrón y se ha resuelto el problema. Si tu SSD tiene controladora Phison, asegúrate de que tienes el firmware actualizado y deberías de dejar de tener problemas. Si ya los has tenido, la unidad todavía puede volver a funcionar como debe; como muestra JayzTwoCents en el vídeo que hemos colocado arriba, la unidad vuelve a funcionar si haces un apagado completo del PC (apagando desde la fuente de alimentación), así que volverás a tener la oportunidad de actualizar su firmware a pesar de ello y debería de dejar de dar problemas cuando lo hagas. Cómo actualizar el firmware de tu SSD Como decíamos, prácticamente todos los fabricantes tienen un software de monitorización, diagnóstico y actualización de sus SSD. Corsair tiene SSD Toolbox, Samsung tiene Magician, etc. Así que vamos a mostraros con un ejemplo cómo hacerlo. En nuestro caso, tenemos un SSD TeamGroup GE Pro (si no sabes qué SSD tienes exactamente, siempre puedes utilizar CrystalDisk Info para verlo), así que hay que ir a la web del fabricante, a la sección descargas, identificar tu producto y descargar el software correspondiente. En este caso, como TeamGroup no cuenta con un software específico que nos permita hacer actualizaciones de firmware, lo que descargamos es un archivo ZIP en el que se encuentra una aplicación y el manual de instrucciones. Así que lo único que tenemos que hacer es descomprimir el contenido de la carpeta y ejecutar la aplicación. Nos aparece una ventana en la que debemos seleccionar el SSD que queremos actualizar, y simplemente debemos pulsar sobre el botón «Run» y esperar a que el proceso termine. Cuando lo haga, reiniciamos el PC y listo, ya está el SSD actualizado. Como ves, actualizar el firmware del SSD es muy sencillo y, realmente, te recomendaríamos hacerlo de vez en cuando incluso aunque tu SSD no esté afectado por este problema del que hablamos. En todo caso, reincidimos en el hecho de que es recomendable hacerlo al principio del todo, nada más adquirir la unidad, ya que hay veces que las actualizaciones de firmware en los SSD requieren borrar todos los datos de la unidad (no es frecuente pero puede pasar).
Cómo clonar tu disco a NVMe sin reinstalar Windows (paso a paso seguro)

Dar el salto a una unidad NVMe es una de esas mejoras que se notan desde el primer arranque: más velocidad, menos latencia y un sistema que responde al instante. Si ya tienes tu PC funcionando, lo lógico es querer migrarlo tal cual sin reinstalar Windows ni tus aplicaciones. La buena noticia es que puedes clonar tu disco a NVMe y arrancar como si nada.Y sin tener que reinstalar el sistema. En esta guía reunimos todo lo imprescindible para lograrlo con total seguridad: qué es NVMe y por qué importa, requisitos y preparativos, herramientas recomendadas y pasos precisos para clonar. Además, te dejamos trucos para evitar sustos y cómo configurar el arranque del nuevo disco en la BIOS/UEFI. NVMe en pocas palabras: por qué es tan rápido y cómo se conecta NVMe (NVM Express) es una especificación creada específicamente para SSD que usan PCI Express, con un objetivo claro: exprimir la paralelización y el ancho de banda del bus PCIe. A diferencia de los SSD tradicionales, NVMe admite colas de hasta 64.000 comandos, y el propio protocolo funciona con tan solo trece comandos bien optimizados para ser eficiente. Mientras que en unidades más antiguas se procesa una operación tras otra, NVMe permite trabajar con muchísimas operaciones en paralelo, lo que reduce cuellos de botella y latencias. El resultado se nota al abrir programas, mover archivos grandes o cargar juegos: todo va considerablemente más rápido. En cuanto a formatos, verás NVMe en M.2 (el más habitual en portátiles y sobremesa modernos), tarjetas PCIe y en U.2. U.2 es un factor de forma que utiliza exclusivamente el protocolo NVMe, pensado para chasis y entornos que necesitan unidades hot-swap o cables en lugar del módulo M.2. La conexión NVMe se realiza directamente sobre PCIe, por eso su rendimiento es tan alto frente a SATA. En resumen, conectividad, velocidad y eficiencia son el terreno natural de NVMe, y por eso es la opción ideal para tu disco del sistema. ¿Puedo clonar un NVMe a otro NVMe (o desde SATA a NVMe)? La respuesta corta es sí: puedes clonar un SSD NVMe a otro NVMe, y también migrar desde un HDD/SSD SATA a un NVMe. Mucha gente lo hace para ganar capacidad sin perder su instalación de Windows ni sus programas, o para acelerar un equipo que aún usa un disco mecánico. Windows no incluye una función de clonación de discos integrada, así que necesitarás software de terceros. La ventaja es que estas herramientas han pulido mucho el proceso: no hace falta reinstalar el sistema y, si haces las cosas bien, tus datos permanecen a salvo durante toda la migración. En esencia, clonar es copiar a nivel de disco o partición todo el contenido del origen al destino, de forma que el equipo arranque desde la nueva unidad como si siempre hubiera estado ahí. Este proceso funciona igual si pasas de HDD a NVMe, de SATA a NVMe o de NVMe a NVMe. Windows no incluye una función de clonación de discos integrada, así que necesitarás software de terceros. La ventaja es que estas herramientas han pulido mucho el proceso: no hace falta reinstalar el sistema y, si haces las cosas bien, tus datos permanecen a salvo durante toda la migración. En esencia, clonar es copiar a nivel de disco o partición todo el contenido del origen al destino, de forma que el equipo arranque desde la nueva unidad como si siempre hubiera estado ahí. Este proceso funciona igual si pasas de HDD a NVMe, de SATA a NVMe o de NVMe a NVMe. Herramientas de clonación recomendadas y qué ofrece cada una Existen muchas aplicaciones válidas, pero hay tres que destacan por su equilibrio entre facilidad, funciones y tasa de éxito: EaseUS Disk Copy, Wondershare UBackit y AOMEI Partition Assistant Professional. EaseUS Disk Copy EaseUS Disk Copy destaca por una interfaz clara y muy directa. Aunque Windows no traiga clonador nativo, con esta herramienta podrás replicar tu disco sin reinstalar nada. El flujo es sencillo: eliges modo de clonación (p. ej., Modo de disco), seleccionas el disco de origen, el destino y eliges cómo quieres distribuir las particiones en el nuevo NVMe. Herramientas de clonación recomendadas y qué ofrece cada una Existen muchas aplicaciones válidas, pero hay tres que destacan por su equilibrio entre facilidad, funciones y tasa de éxito: EaseUS Disk Copy, Wondershare UBackit y AOMEI Partition Assistant Professional. EaseUS Disk Copy EaseUS Disk Copy destaca por una interfaz clara y muy directa. Aunque Windows no traiga clonador nativo, con esta herramienta podrás replicar tu disco sin reinstalar nada. El flujo es sencillo: eliges modo de clonación (p. ej., Modo de disco), seleccionas el disco de origen, el destino y eliges cómo quieres distribuir las particiones en el nuevo NVMe. AOMEI Partition Assistant Professional AOMEI Partition Assistant Professional es más que un gestor de particiones; incluye un clonador de discos robusto que funciona muy bien entre unidades NVMe (y con otras combinaciones). Es compatible con distintas marcas (Samsung, Intel, WD y más) y permite migrar solo el sistema cuando no quieres copiar datos secundarios. Su asistente de clonación te deja escoger entre “Clonar el disco rápidamente” (copia solo el espacio usado, ideal para pasar a un NVMe más pequeño siempre que quepa) o “Clonar sector por sector” (copia todos los sectores, incluso los no usados). Al preparar el destino, suele convenir inicializar el nuevo NVMe como GPT para mantener la compatibilidad con UEFI. Un detalle útil en su flujo es la opción “Optimizar el rendimiento para SSD”, pensada para que la alineación y ajustes propios de SSD queden aplicados. Si trabajas con Windows Server, existe una edición específica: AOMEI Partition Assistant Server para entornos profesionales. Guías paso a paso para clonar tu disco a NVMe Vamos con lo importante: cómo ejecutar la clonación con cada herramienta. Elige la que más se ajuste a tu escenario y nivel de comodidad. Clonar NVMe a NVMe con EaseUS Disk Copy Al finalizar, apaga el PC y retira el disco antiguo o ajusta el orden de arranque para que el sistema inicie desde el NVMe clonado. Si todo fue bien, verás tu Windows y tus programas tal cual, pero con el plus de rendimiento. Clonar SATA (HDD/SSD) a NVMe con Wondershare UBackit Si te basta con un uso puntual, la prueba
SSD NVMe a 70 °C sin jugar: causas, diagnóstico y soluciones efectivas

¿Qué hacer cuando la temperatura de tu SSD NVMe sube de 70 °C? Si tu SSD NVMe marca 70–72 °C sin estar jugando, no eres el único. En muchos equipos, el módulo M.2 queda muy cerca de la gráfica y recibe su calor residual incluso cuando no estás en plena carga, lo que puede elevar la temperatura de forma constante. Esto se ve con frecuencia en montajes donde el slot M.2 está por encima de una GPU potente, como una 3070, y con configuraciones comunes de ventilación (AIO arriba como extracción, entradas frontales y salida trasera). Antes de entrar en pánico, hay matices importantes: muchos SSD están diseñados para trabajar de forma segura entre 0 y 70 °C, y se protegen bajando rendimiento si lo necesitan. Aun así, como norma práctica conviene que un NVMe no pase mucho tiempo por encima de ~65 °C, sobre todo si no hay actividad intensa. Además, la memoria NAND prefiere estar templada, pero no excesivamente caliente, así que buscaremos el equilibrio: buena ventilación y, si hace falta, disipación específica en la unidad. ¿Es normal ver 70–72 °C sin jugar? Puede suceder en equipos donde la GPU, incluso en reposo relativo, irradia calor al área del M.2. Si tu placa sitúa el NVMe justo encima o debajo de la gráfica, el calor ascendente o el aire caliente del radiador puede hacer que el SSD no baje de esa franja. También influye la temperatura ambiente, el diseño de la caja y cómo está organizado el flujo de aire. Se han reportado casos reales con Samsung 970 Evo/970 Evo Plus donde, con la gráfica cerca y sin un disipador específico en el M.2, las temperaturas se estabilizan altas al jugar y se quedan elevadas más tiempo al salir del juego. En otros montajes, con disipador dedicado en el M.2 y buena ventilación, es habitual ver el NVMe a 30–40 °C con ambiente de ~26 °C, lo que demuestra la influencia directa del enfriamiento y la ubicación física del módulo. En portátiles es distinto: el espacio es mínimo y no suele haber margen para disipadores en el M.2. Por eso es típico ver 50–65 °C en un NVMe de portátil en uso normal. No es necesariamente alarmante si no hay thermal throttling y la carga es sostenida, pero conviene verificar que el sistema disipa bien. En definitiva: 70–72 °C sin jugar no es ideal, pero tampoco implica desastre inmediato. Hay margen de maniobra y varias acciones que minimizan esa temperatura de forma efectiva, empezando por revisar la ventilación y el posicionamiento del NVMe respecto a la GPU. Cómo medir bien la temperatura del SSD Lo primero es monitorizar con herramientas fiables. Programas como HWMonitor u OpenHardwareMonitor ofrecen lectura de sensores de múltiples componentes, y suites más completas como AIDA64 muestran carga, temperatura y frecuencias de forma muy clara. Para CPU y GPU puedes añadir CoreTemp, CPU-Z y GPU-Z y tener una foto térmica del equipo al completo. Los componentes modernos integran sensores digitales que activan mecanismos automáticos cuando se superan ciertos umbrales. Esto incluye el aumento de velocidad de ventiladores, el recorte de consumo o el thermal throttling para proteger el hardware. En SSD NVMe, la protección suele activarse cuando la controladora alcanza temperaturas altas, reduciendo el rendimiento de lectura/escritura para mantener la seguridad. Consejo práctico: monitoriza durante varios minutos en reposo y bajo una actividad ligera (navegar, música, ofimática) para ver si la unidad cae por debajo de ~55–60 °C. Si se mantiene cerca de 70 °C sin procesos exigentes, el flujo de aire o la cercanía a la GPU probablemente están jugando en tu contra. Rangos y umbrales recomendables Como referencia general, muchos SSD se especifican para 0–70 °C. A nivel práctico, conviene mantener un NVMe por debajo de ~65 °C en uso prolongado, dejando margen antes de que la controladora limite rendimiento. Otros componentes también tienen sus zonas cómodas: CPU en torno a 80 °C (máximo recomendable), GPU ~85 °C, discos duros mecánicos ~50 °C y RAM ~50 °C. Importa recordar que la memoria NAND funciona bien estando templada, pero excesos sostenidos no son deseables. En algunos entornos de centros de datos se ha observado que las NAND pueden rendir mejor con cierta temperatura frente a frío extremo, pero eso no implica que debamos tener un NVMe al límite en un PC doméstico. Nuestro objetivo es estabilidad, vida útil y ausencia de thermal throttling. Diagnóstico rápido: paso a paso Antes de comprar nada, merece la pena un repaso ordenado. La idea es eliminar cuellos de botella obvios y confirmar que no haya fallos de base. Empieza por lo sencillo y ve avanzando: Mejoras de ventilación y colocación que sí marcan diferencia Una caja bien pensada hace milagros. Asegúrate de que entra aire fresco por el frontal, se expulsa por la parte superior y trasera, y que no creas bolsas de aire caliente. Mantén limpias las rejillas y filtros para evitar tapones de polvo. Evita quitar la tapa lateral de forma permanente: romperás el flujo de aire y normalmente terminarás con temperaturas más altas. La tapa también actúa como barrera frente a suciedad y mejora el canal de aire. Gestiona el cableado; un interior despejado facilita que el aire pase. Si vas a cambiar fuente, una modular ayuda a no acumular cables innecesarios y mejora mucho la limpieza del interior. Si tu AIO está delante, valora moverla arriba y poner ventiladores frontales de calidad metiendo aire. A veces, con solo revisar orientaciones y posiciones, bajas varios grados a todo el sistema, incluido el NVMe. Disipadores para M.2: cuándo usarlos y qué escoger Si tras optimizar el flujo de aire tu NVMe sigue alto, añade un disipador. Los integrados en muchas placas ayudan, pero los aftermarket suelen rendir mejor. Marcas como Sabrent y EK Water Blocks tienen opciones muy solventes; también hay modelos de One enjoy asequibles que cumplen. Algunos disipadores incluyen pequeños ventiladores de 20 mm. Pueden ser útiles en cajas con poco flujo, aunque generan algo de ruido. En tornillería y pads térmicos, sigue las instrucciones y evita apretar en exceso: busca buen contacto con la controladora y chips sin deformar la placa del M.2. No hay soluciones de refrigeración líquida dedicadas a SSD
JEDEC UFS 5.0: el salto a 10,8 GB/s en almacenamiento móvil

La organización JEDEC ha presentado oficialmente el nuevo estándar UFS 5.0, diseñado para ofrecer velocidades de transferencia secuenciales de hasta 10,8 GB/s. JEDEC UFS 5.0: el nuevo estándar que alcanza hasta 10,8 GB/s Este salto representa una mejora significativa respecto a la generación anterior y marca un paso clave en el desarrollo del almacenamiento de alto rendimiento para dispositivos móviles, automotrices y de computación avanzada que suelen usar este tipo de almacenamiento. UFS 5.0 introduce mejoras sustanciales en la arquitectura del sistema, con una mayor eficiencia energética y una reducción notable en la latencia. Uno de los avances más importantes es la incorporación de la ecualización de enlace, una tecnología que mejora la integridad de la señal, permitiendo mantener altas velocidades incluso en trayectos más largos o bajo condiciones de interferencia eléctrica. Estas innovaciones buscan responder a las crecientes demandas de los dispositivos modernos, especialmente aquellos que dependen de tareas intensivas en datos como la inteligencia artificial, la realidad aumentada y las aplicaciones de computación en el borde. Gracias a estas mejoras, los futuros smartphones, consolas portátiles y sistemas integrados podrán acceder a velocidades que antes eran exclusivas de soluciones SSD de equipos de sobremesa. Comparado con UFS 4.0, que ya ofrecía un gran rendimiento, el nuevo estándar prácticamente duplica la velocidad teórica de transferencia, abriendo el camino a una nueva generación de almacenamiento embebido de alta velocidad. Aunque su adopción tomará tiempo debido a la necesidad de nuevos controladores y componentes compatibles, UFS 5.0 representa un avance clave en la evolución del almacenamiento en este segmento. Os mantendremos al tanto de todas las novedades.
Memoria y almacenamiento, al límite: la ola de IA vacía el “granero” de DRAM, NAND, SSD y HDD y dispara los precios

La industria de la memoria vive una situación inédita: DRAM, NAND Flash, SSD y discos duros se han quedado simultáneamente en mínimos. Lo que durante meses se temió como un ciclo alcista sostenido ha desembocado en escasez generalizada que ya se nota en contratos y precios de contado, y que amenaza con trasladarse a lineales y presupuestos de hogares y pymes en las próximas semanas. La confirmación más contundente llega desde Adata, referente mundial en módulos de memoria. Su presidente, Simon Chen, resumió el momento con una imagen gráfica: el “granero” de los fabricantes está prácticamente vacío y los grandes proveedores de nube (CSP) —OpenAI, AWS, Google, Microsoft— han pasado a ser los competidores reales de los ensambladores y distribuidores tradicionales a la hora de asegurarse suministro. Nunca —dice— había visto en 30 años una escasez simultánea de las cuatro familias principales de memoria y almacenamiento. Qué está ocurriendo: cuatro mercados apretados a la vez El diagnóstico de Adata es claro: los CSP firman contratos masivos de servidores de IA por importes milmillonarios y arrastran consigo una demanda explosiva de HBM/DRAM y almacenamiento. El resto de clientes —PC, pymes, integradores locales, incluso parte del canal— reciben menos y más tarde. Cuándo se notará (y dónde) Aunque el consumidor aún puede encontrar producto en tienda, ese stock es el que ya estaba en los almacenes. Donde ya escasea es upstream: fabricantes (FAB) y distribuidores con inventarios reducidos a 2–3 semanas —cuando lo habitual eran 2–3 meses—. Adata habla de “vender con moderación y priorizar a los clientes clave”, a la espera de reposiciones. El traslado a precio está en marcha. Un kit DDR5 de 32 GB que a principios de año rondaba los 85 dólares supera ya los 120 en múltiples mercados. En el canal profesional, los contratos de DDR4/DDR5 apuntan a +20–30 % y el spot va por delante. En SSD la inercia es similar: si HDD se aprieta, NAND se recalienta. Por qué ahora: el “nuevo ciclo” de la memoria La memoria era, históricamente, un negocio de ciclos de 3–4 años: épocas de fuerte inversión, sobreoferta, bajada de precios, limpieza de inventarios y posterior recuperación. La IA ha cambiado las reglas. Según Adata, el alza se ha prolongado y desacoplado de ese patrón. El margen está en las líneas de valor (HBM para GPU, DDR5 densa para servidor), y ahí es donde se ancla la capacidad. No es solo una cuestión de capex: reabrir una línea de DDR4 no es trivial ni tiene sentido económico si la demanda más rentable está en otra parte. Esa es la asimetría: la base instalada fuera de hiperescala necesita componentes “anteriores”, pero el futuro del margen vive en HBM/DDR5 y NAND para cargas de IA. Consecuencias prácticas: del CPD a la pyme, pasando por el PC gaming El efecto dominó: cuando el HDD aprieta, el SSD se encarece La escasez en HDD —por prudencia de pedidos y inventarios depurados— impulsa a muchos clientes a acelerar migraciones a SSD, pero eso retroalimenta la tensión en NAND. Aunque varios fabricantes han anunciado expansiones de 15–30 %, la realidad industrial (equipos, sala blanca, ramp-up, rendimiento) hace que el alivio no llegue a corto plazo. Entre tanto, algunos compradores aseguran cupos trimestrales o anuales, lo que rigidiza aún más la disponibilidad para el canal abierto. El punto de no retorno para DDR4 El caso de DDR4 es paradigmático. Con líneas paradas o reducidas al mínimo, la oferta solo atenderá contratos heredados. Adata habla de escasez estructural y de “primar” clientes críticos. Para quienes mantienen infraestructuras o PC que dependen de DDR4, el mensaje es inequívoco: blindar ahora capacidad y repuestos puede evitar costes y paradas mayores dentro de unos meses. ¿Qué pueden hacer las empresas? 1) Auditoría de inventario y necesidades reales (90 días / 12 meses).Mapear consumos, plazos de renovación, picos estacionales y SLA internos. En CPD, evaluar consolidación de cargas y despliegues diferidos. 2) Estrategias de compra más largas.Donde sea posible, contratos a varios trimestres para asegurar cupo y precio. En pymes, trabajar con distribuidores que ofrezcan backorder y asignación. 3) Flexibilidad técnica.Explorar mix de capacidad/frecuencias en DRAM, perfiles RDIMM/LRDIMM según plataforma, y en almacenamiento combinar SSD TLC/QML con políticas de datos (tiering, cold storage en HDD cuando haya). 4) Eficiencia de software.Optimizar memoria en aplicaciones, compresión, paginación, deduplicación en hipervisores y gestión de cachés. La eficiencia puede liberar GB que hoy son oro. 5) Planes de contingencia.Para sistemas críticos, stock de seguridad y rotación de módulos; para oficinas, reutilización planificada (p. ej., mover DDR5 nueva a equipos clave y reciclar módulos a puestos menos críticos). Y los consumidores, ¿qué pueden hacer? Un mercado que ya no funciona como antes Para Adata, la nueva normalidad es que los CSP “no cancelan” y compiten con una escala cien veces mayor que los clientes tradicionales: así se prioriza capacidad y precio. La consecuencia es una reconfiguración del precio relativo de la memoria y el almacenamiento, con una fase alcista que se alarga más allá de lo habitual. En paralelo, el canal se vuelve más selectivo: “vender con moderación” y “apoyar a clientes principales” son instrucciones que revelan hasta qué punto la escasez se gestiona a mano. ¿Cuándo podría normalizarse? Aun con expansiones del 15–30 % en marcha, los tiempos de puesta en producción de nuevas líneas y los cambios de mix de producto hacen pensar en plazos largos: no habrá respiro inmediato. El ajuste dependerá de tres factores: Mientras tanto, el mercado retail resistirá con lo que hay en almacenes. Pero si la demanda de hiperescala no afloja, la tensión bajará por la cadena hasta las estanterías. Preguntas frecuentes ¿Por qué escasean a la vez DRAM, NAND, SSD y HDD?Porque la demanda de IA ha arrastrado capacidad hacia HBM y DDR5 de alto margen, dejando DDR4 en mínimos. La prudencia en pedidos de HDD empuja a muchos clientes a SSD, que a su vez tiran de NAND. Con inventarios bajos y plazos de expansión de >2,5 años, las cuatro familias quedan tensionadas a la vez. ¿Subirán más los precios de DDR4 y DDR5?Según Adata, los contratos DDR4/DDR5 ya reflejan +20–30 % entre finales de 2025 y primer semestre de 2026, con spot aún más alto. En DDR4 la escasez es estructural por la parada de líneas; en DDR5 el alza es más moderada, pero real. ¿Tiene sentido comprar ahora RAM o SSD?Si hay necesidad real (equipo de trabajo, servidor, ampliación urgente), sí: el riesgo de más subidas y falta puntual de stock es alto. Si es una compra discrecional, conviene comparar y valorar el cambio de plataforma para no invertir en componentes con oferta menguante (caso de DDR4). ¿Cuándo se normalizará el suministro?Aunque hay planes de +15–30 % de capacidad, el ramp-up industrial tarda más de 2,5 años. La normalización dependerá de cómo evolucione la demanda de centros de datos de IA y de la priorización de los fabricantes entre HBM/DDR5 y el resto de líneas. A corto plazo, no se espera alivio significativo.
Análisis KINGSTON XS1000, un SSD de hasta 2 TB minúsculo pero gigante en prestaciones

Hemos tenido la oportunidad de probar una de las unidades de almacenamiento SSD más sorprendentes del mercado. Kingston ha logrado con su XS1000 una miniaturización extrema de un SSD que, en el tamaño de un mechero, nos permite llevar en el bolsillo de las monedas del pantalón vaquero hasta 2TB de información. Indice: Unboxing y diseño Es lo primero que salta a la vista en este equipo. Os podemos decir que sabíamos que era algo muy pequeño, pero cuando recibimos el paquete, nos quedamos sorprendidos de lo reducido de este SSD. Su ficha técnica, por otra parte, se resume rápido: A lo largo de esta review iremos repasando alguno de estos puntos para comprobar si todo es como nos dice el fabricante porque el unboxing va a ser tremendamente rápido. Dentro de la caja del Kingston XS1000 solo tenemos el propio SSD y el cable de conexión con puerto USB A para el ordenador y USB-C para la unidad de almacenamiento. Es cierto que, a estas alturas, podría contar ya con un cable con doble USB-C en cada extremo lo que haría más fácil utilizar el XS1000 con dispositivos móviles. El diseño de este Kingston XS1000 es sobrio y compacto. Huye de cualquier elemento estrafalario ya que está centrado en ser un acompañante a cualquier dispositivo con capacidad para aceptar una unidad de almacenamiento externa. No llega a los 30 gramos de peso por lo que se puede llevar en el bolsillo sin problema y, sobre todo, las dimensiones hacen que cabe en cualquier sitio. Apenas 7 cm de largo por 3 de ancho y un grosor que no llega al centímetro corroboran los datos aportados por la ficha técnica. Poco más se puede decir en este aspecto ya que no tenemos ningún tipo de conexión ni detalle en sus laterales más allá del puerto USB-C para la conexión y el LED que nos informa que la unidad está en funcionamiento. Compatibilidad y rendimiento Al final, las pruebas que se le pueden hacer a una unidad de almacenamiento son pocas: escritura y lectura. Sobre el papel, el Kingston XS1000 promete hasta 1.050 MB/s en lectura y 1.000 MB/s en escritura. Era hora de pasar por CrystalDisk para ver si esta promesa se mantiene. Estos fueron los resultados con una prueba de un archivo de 1 GB, alcanzando las tasas prometidas por el fabricante: Eso sí, esto ha sido al utilizar un cable USB-C conectado a un puerto Thunderbolt. Los resultados con el cable que viene en el paquete conectado a un puerto USB tradicional son algo más discretos, pero no por capacidad del Kingston XS1000, sino porque la conexión USB “normal” no da para más. En cuanto a compatibilidad, es total. Nos pusimos a conectar el SSD de Kingston a todo lo que se nos ocurrió y no hubo ni un problema. Evidentemente, el primer paso fue a un PC y como podéis imaginar, tanto con el cable que viene de serie como cualquier otro, la conexión fue perfecta y Windows 11 lo reconoce sin problemas. Pero quisimos ir más allá y lo siguiente fue la conexión con una videoconsola Xbox Series S y, como en el caso del PC, conexión perfecta y reconocimiento de la unidad. Es más, podíamos formatearla para poder ejecutar juegos en ella – aunque no los de nueva generación, esos como en el caso de PS5 solo pueden ejecutarse desde la unidad de almacenamiento interna o con las tarjetas de expansión. De nuevo es una limitación del fabricante del dispositivo y no por el accesorio -. El siguiente paso fue echar mano de un cable con doble USB-C y conectar el Kingston XS a un dispositivo móvil, en este caso, un móvil Android que, como bien es conocido, tiene compatibilidad con USB OTG. De nuevo, conexión sin problemas, reconocimiento inmediato y podríamos aprovechar el almacenamiento del SSD para descargar en él cualquier documento que tengamos en el smartphone. Evidentemente, esto se aplica también a un tablet con el mismo sistema operativo, donde el Kingston XS1000 tiene aún más sentido y posibilidades de ser aprovechado. Conclusión y valoración Por tamaño y compatibilidad es, sin duda, una de las mejores unidades SSD de almacenamiento que podemos echar en nuestra mochila. De hecho, os podemos decir que se ha convertido ya en un compañero inseparable para nuestro día a día en el que tenemos que estar constantemente moviendo archivos o descargando fotos desde cámaras y teléfonos móviles. El precio, del que no habíamos hablado hasta ahora, es también ultra-competitivo. Hablamos de que tenemos un SSD miniaturizado por un PVP de 85,99 euros para el modelo de 1TB y de 143,99 euros para el modelo de 2TB… y que ya os podemos decir que ya hay siempre ofertas dónde es posible conseguirlo más barato. No podemos, por tanto, que otra cosa que darle el sello de Recomendado ya que, como ya hemos dicho, es el SSD más pequeño y con más capacidad, además con la mejor relación calidad-precio, que hemos probado hasta el momento.