Las unidades SSD se han impuesto a las HDD, aunque éstas últimas no han muerto aún. Y es que, el nuevo almacenamiento de estado sólido ofrece una serie de ventajas respecto a las unidades mecánico-magnéticas. No obstante, no todo son ventajas, y uno de los principales problemas es el precio por unidad de capacidad. Por eso, te ayudaremos a elegir los SSD baratos, pero de los que no te tengas que arrepentir.
Cómo elegir un SSD que se adapte a tus necesidades?
Elegir nuevos SSD baratos implica encontrar el equilibrio adecuado entre la capacidad de almacenamiento, la compatibilidad con su sistema, fiabilidad, rendimiento y el presupuesto. Al igual que harías con una unidad SSD de precios superiores.
Factores de forma de los SSD
Los SSD vienen en tres formatos principales, además de uno menos común:
- 2,5 pulgadas Serial ATA (SATA): este es el tipo más común de SSD, y tiene la misma forma y tamaño que un disco duro de portátil tradicional. Se conecta a través de la misma interfaz SATA3 que los discos duros, por lo que es una opción fácil de actualizar para ordenadores portátiles y sobremesa antiguos.
- Tarjeta PCIe SSD (AIC): pueden ser mucho más rápidas que la mayoría de las demás, ya que funcionan a través del bus PCI Express, en lugar de SATA. Esto las hace ideales para tareas exigentes como la edición de vídeo o los juegos. Sin embargo, solo son una opción para ordenadores de sobremesa y requieren una ranura PCIe libre. Además, no existen muchos modelos donde elegir, lo que limita mucho…
- M.2: con la forma de un pequeño módulo PCB, los SSD M.2 se han convertido en el estándar para los portátiles delgados, pero también se encuentran en la mayoría de las placas base de los ordenadores de sobremesa. Son más pequeños y ligeros que los SSD de 2,5 pulgadas, y pueden ser mucho más rápidos, especialmente las unidades que admiten NVMe.
- U.2: a primera vista, estos componentes de 2,5 pulgadas parecen discos duros SATA tradicionales. Sin embargo, utilizan un conector diferente y envían datos a través de la rápida interfaz PCIe. Suelen ser más caros y de mayor capacidad que los SSD M.2 normales. Están reservados para servidores.
Elegir la capacidad adecuada para tu SSD
La capacidad de almacenamiento es un factor crucial a la hora de elegir un SSD. Pero es algo muy personal, dependerá en gran medida de las necesidades de cada uno:
- Pequeñas y baratas: tienes unidades de pequeño tamaño, más baratas, como son las de 64 GB, 128 GB, o 250 GB, que no son aconsejables para la mayoría de usuarios, ya que se terminan llenando fácilmente. Solo pueden ser positivas si no almacenas demasiados datos.
- 500GB: ofrecen un espacio razonable a un precio decente, aunque las unidades de 1TB se están volviendo cada vez más atractivas. Podría ser una buena opción para los que no necesitan de grandes capacidades de almacenamiento.
- 1, 2 y 4TB: cuando necesitas mucho espacio para justificar el gasto en un SSD de esta capacidad. Son caros, de varios cientos de euros en algunas ocasiones. Optar por dos SSD más pequeños suele ser mejor para ordenadores de sobremesa o portátiles gaming con varias unidades. Ahorrarás dinero y tendrás similar capacidad y velocidad. Hasta que los precios bajen y haya más competencia, los SSD de 4TB o más quedarán relegados a profesionales y entusiastas con presupuestos muy holgados.
No olvides leer nuestra guía con los mejores SSD del mercado y la de los mejores HDD del mercado, por si quieres comparar…
Velocidades de lectura y escritura secuencial adecuadas
Además de la capacidad y la interfaz, la velocidad de lectura y escritura secuencial también son importantes al elegir un SSD. Estas velocidades se miden en megabytes por segundo (MB/s) y representan la rapidez con la que el SSD puede transferir archivos grandes de forma continua.
- Uso básico: para tareas básicas como navegar por la web, editar documentos de oficina o ver videos en streaming, un SSD SATA con velocidades de lectura/escritura secuencial de alrededor de 1000 o 2000 MB/s será suficiente. Pero estas velocidades son algo lentas para otras cargas…
- Uso intensivo: si editas grandes cantidades de fotos o videos, o trabajas con archivos de gran tamaño con frecuencia, e incluso con IA en local, un SSD NVMe con velocidades de lectura/escritura secuencial de 5000 MB/s o más te ofrecerá un rendimiento notablemente mejor.
- Juegos: para una experiencia de juego fluida, se recomienda un SSD NVMe con velocidades de lectura/escritura secuencial superiores a 2000 MB/s puede estar bien, aunque si optas por velocidades de 6000 MB/s, obtendrás grandes resultados. Esto ayudará a reducir los tiempos de carga y garantizar una experiencia de juego sin retrasos.
¿Qué controlador necesita tu SSD?
El controlador de un SSD se asemeja al procesador. Se encarga de gestionar las lecturas y escrituras, además de otras tareas clave para el rendimiento y mantenimiento del dispositivo, e incluso se encarga del cifrado por hardware de los datos. Si bien profundizar en los tipos y especificaciones de controladores puede ser interesante, para la mayoría de usuarios basta con saber que, al igual que en los procesadores, ofrece una buena fiabilidad y rendimiento.
Aunque no es estrictamente necesario conocer el controlador específico para una buena elección, aquí mencionamos algunos de los fabricantes más reconocidos en este campo:
- Samsung: los controladores Samsung se encuentran entre los más populares y respetados del mercado. Son conocidos por su alto rendimiento, eficiencia y fiabilidad. Se emplean en unidades Samsung.
- WD/SanDisk: también producen excelentes controladores NVMe. Ofrecen un buen equilibrio entre rendimiento y precio, con opciones que se adaptan a diversas necesidades. Se emplean en unidades Western Digital.
- Phison: es otro fabricante importante de controladores NVMe. Sus controladores se utilizan en una amplia gama de SSD de diferentes marcas, por lo que es probable que los encuentres en varios modelos que estés considerando.
- Silicon Motion: actor importante del mercado, conocido por sus controladores NVMe de alto rendimiento y eficientes. También puede estar en varias marcas de SSD diferentes…
Tipos de memoria flash
Al comprar un SSD normal para tu ordenador, probablemente no te importe el tipo específico de memoria que utiliza. La mayoría de las unidades de consumo actuales vienen con la misma tecnología básica. Pero si tienes curiosidad por saber qué hay dentro de esos pequeños chips:
- Single-Level Cell (SLC): esta era la tecnología original, que ofrecía una velocidad vertiginosa y una larga vida útil. Sin embargo, es cara porque solo puede almacenar una pequeña cantidad de datos.
- Multi-Level Cell (MLC): llegó después, ofreciendo más almacenamiento a un menor coste, pero sacrificando algo de velocidad. Muchas unidades MLC utilizaban una pequeño caché SLC más rápida para mejorar el rendimiento.
- Triple-Level Cell (TLC): más lenta que la MLC pero aún más densa, la TLC permitía unidades más grandes y asequibles. La mayoría de las unidades TLC utilizan un caché para mantener velocidades decentes. Para las tareas cotidianas, la TLC funcionaba bien para muchos usuarios.
- Quad-Level Cell (QLC): ofrece la mayor densidad de almacenamiento, lo que se traduce en unidades más baratas y grandes. Sin embargo, la QLC sacrifica algo de resistencia (cuántas veces puedes escribir datos) y la velocidad de escritura sostenida (especialmente después de que se llene la caché).
Aquí hay otra especificación por la que probablemente no te tengas que preocupar. Antiguamente, todas las celdas de almacenamiento SSD estaban planas en una sola capa. Pero luego llegó un gran avance, los 3D packaging para ampliar las capacidades. Samsung llamó a su versión «V-NAND», mientras que otros simplemente la llamaron NAND 3D, y algunos como Toshiba/Kioxia lo denominan BiCS FLASH. Pero se refiere a lo mismo…
Este apilamiento 3D permite a los fabricantes almacenar más información en un espacio más pequeño, con chips apilados en 96 o 128 capas. El único momento en el que es probable que notes la NAND 3D sea en el precio. Mientras más capas (capacidad), mayor será el precio…
Fiabilidad
Todos los SSD tienen una vida útil limitada, lo que significa que solo se puede escribir en ellos un número determinado de veces antes de que fallen Los fabricantes suelen especificar esta resistencia de dos formas: terabytes totales escritos (TBW o Total TeraBytes Written) o escrituras de unidad por día (DWPD o Drive Writes Per Day).
Pero aquí vienen las buenas noticias: la mayoría de los SSD utilizan un ingenioso truco llamado «sobreaprovisionamiento» (over provisioning). Esto reserva una parte de la capacidad de la unidad como respaldo. A medida que tu SSD envejece y las celdas se desgastan, la unidad mueve automáticamente tus datos a estas áreas nuevas, extendiendo así su vida útil general.
Para el uso diario, esto significa que la mayoría de los SSD modernos durarán al menos de 3 a 5 años, probablemente más. Sin embargo, si entre los SSD baratos puedes elegir unidades con mayor TBW garantizado, mucho mejor…
Recomendaciones de SSD baratos
Para concluir, aquí te recomiendo algunas unidades SSD baratas que puedes comprar en la actualidad:
- Unidades de 2.5″ SATA:
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