El almacenamiento sigue siendo uno de los factores determinantes dentro de la experiencia de un PC, tanto si está dedicado a jugar como a cualquier otra tarea. Contar con una buena cantidad de gigabytes disponibles es algo imprescindible, y aunque lo más recomendado es apostar por uno o varios SSD, todavía hay mucha gente que piensa en combinar SSD y HDD. Pero, ¿realmente merece la pena?
Combinar SSD y HDD ¿Qué contras tiene?

Conocer las diferencias entre SSD vs HDD es algo indispensable a la hora de montar un PC o de querer comprar un nuevo modelo, independientemente de si se trata de un portátil o de un modelo de sobremesa. Es algo sobre lo que ya os hablamos en su día, pero que a modo de resumen todo se reduce a que los primeros son mucho más rápidos que los segundos, especialmente los modelos PCIe 3.0 en adelante.
Estas diferencias de rendimiento afectan, como es lógico, al precio de los dos tipos de discos duros, siendo los HDD modelos más económicos que los SSD, aunque con el paso de los años la diferencia se ha reducido considerablemente, por lo que ya no es un factor tan diferencial como lo era hace unos años. No obstante, a día de hoy sigue habiendo diferencias notables en el precio en determinados modelos.
Teniendo esto en mente, ¿merece la pena realmente combinar estos dos modelos? Pues depende. Si nuestro presupuesto es muy limitado, pero sí o sí queremos tener un SSD para el sistema y para unas pocas aplicaciones, la combinación de SSD de 256 GB o 512 GB junto a un HDD de 1 o más TB todavía sigue siendo una opción interesante para los bolsillos más ajustados.
De este modo tendremos las ventajas que encontramos al usar un SSD en las tareas básicas, mientras que el almacenamiento puro y duro va al modelo más lentos de los dos. No obstante, hay que tener en cuenta que el rendimiento general del dispositivo se puede ver afectado al combinar estas dos tecnologías.

Hasta hace poco más de un año, yo mismo era uno de los usuarios que combinaba SSD y HDD. Y aunque en el día a día no era consciente de las «contras» que esto suponía, una vez que di el salto a una configuración total de SSD me di cuenta de todas ellas.
La primera de ellas es el rendimiento. Aunque en todo lo relacionado con las aplicaciones que implicaban el SSD el rendimiento es exactamente igual, en el momento de abrir cualquier programa o incluso una carpeta que estuviera relacionada con el HDD el rendimiento se resentía de manera considerable. Al abrir una carpeta, Windows tardaba unos segundos en cargar el contenido de la misma, algo que con el SSD no ocurre en ningún momento.
La segunda, aunque pueda parecer lógico, es el ruido. El HDD, al tratarse de una unidad mecánica realiza un ruido considerable cada vez que se inicia. No obstante, este sonido es imperceptible cuando hablamos de SSD NVMe M.2. En este caso, los decibelios de nuestro setup bajarán de manera considerable.
Finalmente, otro aspecto importante, tanto relacionado con los portátiles como con los ordenadores de sobremesa es el espacio físico. Mientras que los SSD, tanto los SATA 3 como los NVMe M.2 cuentan con un tamaño mucho más comedido, lo que facilita su instalación en cualquier tipo de dispositivo.
¿Merece la pena combinar SSD y HDD en 2025?

Teniendo en cuenta todo lo anterior, la conclusión más clara es que, salvo que la diferencia de precio entre optar por dos SSD y por un SSD y un HDD sea demasiado elevada, no merece la pena optar por combinar estas dos tecnologías.
Las ventajas de rendimiento, espacio y ruido que ofrece apostar por los SSD mejoran de manera considerable la diferencia de precio que a día de hoy podemos encontrar entre estos y los HDD. No solo por lo que podemos hacer en el día a día, sino también porque cada vez es más común encontrarnos con juegos que requieren un SSD para funcionar.
Mientras que en el pasado podíamos optar por instalar los juegos en el HDD para no sacrificar el espacio del SSD, con el paso de la generación hemos visto como esto no es posible debido a la evolución de los requisitos. Por tanto, mi recomendación sería apostar directamente por un SSD de mayor capacidad o dos SSD.